La importancia de saber delegar cuando eres el CEO

Delegar es difícil, pero no imposible. De hecho, debe ser obligatorio, aunque sea una máxima que no se asuma de manera sencilla cuando comenzamos a trabajar como emprendedores. Queremos y creemos en nuestro proyecto y ello nos lleva a ser recelosos con lo que se dice y se hace del mismo. Este celo es necesario, porque nos mantiene alerta.

Hay que saber equilibrar nuestra capacidad crítica con el proyecto en el que estamos trabajando y no dejarnos llevar en exceso por nuestro criterio. Dicho de otro modo: debemos establecer alianzas óptimas a la hora de trabajar y asumir que no vamos a poder con todo. Una de las primeras habilidades que debe desarrollar un buen CEO en mi opinión es aprender a delegar y a confiar en quienes le rodean.

Es imprescindible y nos dicta la experiencia y nuestra propia capacidad. Ni podemos estar a todo ni somos capaces físicamente de hacerlo. Hay que saber cuáles son nuestras virtudes, pero también conocer nuestros defectos para ser gestores profesionales de altos vuelos. Y sé que es difícil eso de dejar tu “niño bonito” en manos de alguien en según qué áreas, pero es obligatoria para poder avanzar.

La “furia” inicial del emprendedor seguirá ahí siempre, pero tendrá que destinarse a otros campos que nos harán separarnos en cierto modo del día a día. Aquí es donde debemos comenzar a establecer relaciones de confianza con otros profesionales que ocupen nuestra posición de manera directa en el día a día. Olvídate de llegar a todo, como CEO va a ser imposible que lo consigas. No te engañes.

Comenzarás queriendo supervisar todos los elementos de la cola de producción de manera quirúrgica hasta que te percates de que eso es imposible. La única opción que queda es aprender a delegar por dos razones. La primera, la más obvia, que estarás apagando fuegos en otros espacios donde se te necesita más (por ejemplo, búsqueda de inversores); la segunda, que la excesiva dependencia del CEO no es positiva.

Cuando un CEO tienen a supervisar todo de manera pormenorizada se produce un efecto embudo muy negativo para el proyecto, pues todo el mundo queda a la espera de validaciones y los procesos se terminan retrasando hasta el infinito. Los efectos de esta situación son nefastos: las tareas se estancan, no aumenta la producción y el propio proyecto termina viendo tambalearse su futuro.

Esta situación es nefasta y deriva, seguro (la experiencia me lo dice y es infalible) en serios problemas para una startup a corto-medio plazo. Sé que en ocasiones es la propia personalidad del CEO la que define, para bien y para mal, como funcionan los engranajes de la empresa, pero mi recomendación absoluta es que cuanto antes aprendamos a delegar, mejor será para el futuro del proyecto.

Autor: Emilio Márquez, CEO de La Latina Valley.

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